Maestro de ceremonias, narrador, el doble, los hábitos y los comportamientos o patrones que se repiten… 

 

¿Y si en realidad no se tratara de ningún ‘caballo de Troya’? El doble puede manifestarse como síntoma de la disolución del yo, pero también como una revelación que ha de interpretarse y explotarse en beneficio propio. ¿Qué pretende el personaje? 

 

Puede que la respuesta sea un proceso de autoconocimiento y una  toma de conciencia de la realización del sí mismo: una búsqueda de la peculiaridad del individuo frente a "envoltorios postizos " y sugestiones inconscientes.

 

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"Tres palabras cambiaron mi vida para siempre: no hay latido. Era la semana 39 de gestación y ya casi estaba abrazándola, cuando el sueño de mi vida se dinamitó en un segundo,  llevándose por delante mi alegría, mi fe y mi ilusión. He bordeado el precipicio viendo desde arriba la profundidad de la caída. Aún se me hace un nudo en las tripas cuando alargo la mano en la cama y no encuentro a mi hijo en su cuna.

 

Pero a pesar del sufrimiento nunca he bajado los brazos. Me resulta terapéutico escribir. A lo mejor es que no he perdido de la fe del todo y sigo creyendo en esa energía que me está enseñando a caminar de nuevo echándole de menos. Nadie está preparado para cambiar los pañales por los Kleenex. 

 

A veces me sorprendo sonriendo mientras pienso en esas 39 semanas juntos. Se apagó su vida, pero no su magia. Y es tan grande el amor que hay en mí, que está reparando este corazón roto que una vez latió por los dos”.  Virginia del Río. 

 

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Por ese mecanismo que en el psicoanálisis se denomina de desplazamiento, los personajes dirigen su hostilidad hacia los objetos de la escenografía; objetos que  ahora se precipitan sobre ella, que la golpean, que la entierran, que la lapidan. Es un cuerpo neuroatípico, sin cara, con miedo a tomar decisiones, con miedo de moverse en el espacio, que busca su  identidad dentro de una sociedad que juzga y castiga.

 

“Es como estar en una caja transparente. Nadie puede oírte... bueno, pueden verte pero nadie puede interactuar contigo y por mucho que golpeas la pared no puedes salir de ella. Es muy solitario estar dentro de una caja toda la vida. Porque nadie puede entrar y tú no puedes salir. Y nadie puede entenderte”. 

 

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En pie sobre la azotea, apunta con sus dedos como si tuviera un arma, en dirección a la ciudad. Apunta a las parejas que ve en la calle.  Él no tiene pareja y parece algo confundido, observando algo que no puede entender, quizá ni sentir. ¿Cuánta inmundicia ve en su propio interior que es incapaz de comprender y manejar? Deja caer sus brazos en el preciso instante que observa a una pareja, quizás, pedirse matrimonio.

 

“Algunos de los veteranos no encajan de nuevo en sus vidas, sintiendo que han perdido su poder, importancia, significado y los roles que desempeñaban antes de la guerra, así como las actividades que realizaban a nivel social. A menudo, intentan reafirmar su masculinidad después del trauma, participando en un comportamiento masculino estereotipado exagerado, como la agresión y el aumento del comportamiento sexual, para compensar la lesión que el trauma tuvo en su identidad. Sentirse sexualmente deseable suspende temporalmente esos pensamientos negativos sobre la autoestima”. 

 

Otra vez, la sombra. Su inexorable avance, engullendo la luz y devorando los cuerpos. 

  

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Al personaje le pesan más sus impulsos y el sentimiento de culpabilidad que una pena que hubiera tenido que cumplir por otro delito. La figura y textos de la biografía del pianista James Rhodes nos acompañan hacia ese instante en el que el personaje se da cuenta que la salvación está única y exclusivamente dentro de él mismo: ¿En serio, de verdad has estado aquí todo este rato? 

 

“Los antiguos egipcios tenían una peculiar creencia sobre la muerte. Al morir, en la entrada del paraíso, los dioses le hacían al alma del fallecido dos preguntas para, dependiendo de sus respuestas, ver si ésta podía entrar: 

 

        ¿Has encontrado la dicha en tu vida? 

        ¿Tu vida le ha brindado dicha a la vida de otros?

 

Preguntas importantes que nos hablan del compromiso ante uno mismo. Finalmente, la tarea por todos (o muchos) buscada es alcanzar la felicidad junto contribuyendo con nuestra existencia al bienestar de los demás”. 

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Manuel Arboccó de los Heros. 

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